Tim Brown, fundador de IDEO, define Design Thinking como una perspectiva hacia la innovación centrada en el ser humano que se nutre del conjunto de herramientas del diseñador para integrar las necesidades de las personas, las posibilidades de la tecnología y los requisitos para el éxito empresarial.
Design thinking (DT) es un sistema en el que se superponen tres espacios y donde la innovación aumenta cuando estas tres perspectivas – viabilidad técnica, comercial y económica- se tienen en cuenta y se cumplen de manera equilibrada para:
La Innovación es la transformación continua de las herramientas para el desarrollo de un sector con el fin de ofrecer un mejor servicio a sus usuarios. La gestión de innovación afronta la organización de los recursos de una organización - humanos, materiales y económicos- que constituye un problema estratégico clave organizaciones interesadas en aumentar la creación de conocimientos nuevos que deriven en nuevas ideas que generen nuevos servicios o procesos que mejoren los existentes.
A su vez, se tendrá que orquestar, sobre todo en el caso de empresas que dependen de equipos multidisciplinarios, una transferencia eficiente de ese conocimiento a todas las áreas de actividad. Al fin y al cabo, se espera que la adopción de múltiples perspectivas de diseño aumente el rendimiento en términos de la calidad de la toma de decisiones o la capacidad de innovación en la resolución de problemas. Innovar consiste en identificar, generar y fortalecer ventajas competitivas de la organización en el mercado y pero de la gestión de innovación dependerá la duración de tiempo en que se mantengan esas ventajas. Se establecerá un modelo de gestión estratégica tratando el desarrollo del proceso de innovación junto con el desarrollo su sistema de gestión para:
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El Design Thinking tiene mucho que ofrecer a un mundo en el cual la gestión de ideas y mejores prácticas están al alcance de ser asimiladas e implementadas. El compromiso con la innovación es fuente de diferenciación y debe verse como una ventaja competitiva, por lo que la aplicación de Design Thinking se plantea en todas las fases del proceso.
Podemos asumir que esta fase inicial, en la que nos centramos en conocer a nuestros usuarios, su experiencia y su respuesta emocional, podremos ver nuestro servicio a través de sus ojos o, como se dice frecuentemente, andar en sus zapatos. De esta manera, estaremos más cerca de ofrecer una solución que les ayude, por lo que podemos entender nuestro servicio como procurador de beneficios para ellos. En espacio problemático la principal manera de dotar de valor añadido al proceso de investigación consiste y asegurarse que los problemas planteados son lo más importantes para los usuarios. El recurso de crear de personajes como parte del proceso de prototipado nos ayuda a arrojar una visión sobre nuestros actuales y futuros usuarios, donde reflejamos aquello que resulta esencial para llegar a crear valor añadido y compartirlo con ellos. Obtener retroalimentación sobre nuestros planteamientos aumenta el compromiso y la sincronía con las necesidades de nuestros usuarios y ofrece una oportunidad de medir cómo se percibe nuestro proyecto en su mercado. Puesto que en el espacio problemático trazaremos la experiencia de nuestros usuarios y profundicemos en examinar y comunicar los aspectos determinantes de nuestra oferta podremos, contaremos con los mejores condicionantes para estudiar qué nivel de encaje entre esta demanda y nuestra oferta y para extraer la propuesta de valor de nuestro servicio y definir nuestra ventaja basada en la colección de características únicas que hemos desarrollado. A menudo, este conocimiento del usuario y la oferta de servicio podrá ayudarnos a estimar el pronóstico de necesidades futuras. MAPA DE PROPUESTA DE VALOR Un gráfico idóneo para comprobar si existe un buen encaje entre la demanda y la oferta es el Mapa de Propuesta de Valor. Esta herramienta simplifica y mantiene una visión nítida de la problemática que este experimentas el usuario y expone la descripción de los servicios ofrecidos por la organización. A su vez, el esquema facilita la comparativa entre el problema y la solución para verificar si existe un buen encaje este ellos, identificando aquellos aspectos que realmente aportan valor al usuario y posibles mejoras a una solución. Por un lado, se identifican las necesidades, satisfacciones y molestias del usuario y, por el otro, los servicios, mejoras y soluciones que ofrece el servicio. Una vez bien definido cada escenario se valora en nivel de acoplamiento que se genera entre el mapa de valor del servicio y el perfil del usuario. En la práctica, la búsqueda de propuestas de valor de éxito –o sea en las cuales exista una concordancia con las tareas, alegrías y molestias de los usuarios- continúa siendo un proceso iterativo en el que se diseñarán y testearán pruebas, prototipos y pilotos. En este modelo de trabajo reiterativo conduce a ensayar ideas de manera rápida para conocer los resultados, mejorar diseños y volver a ponerlos a prueba. Descripción del Lienzo
Al lado derecho del lienzo se extiende el territorio en el que se describe el perfil del usuario, desglosando la información que se ha obtenido sobre:
El lado izquierdo del lienzo describe el servicio ofrecido por la organización y detalla:
Internamente, en este territorio se integran distintos usuarios para incluir la experiencia de distintos grupos de sectores involucrados y formular planteamientos colectivos. Para ello las partes se esfuerzan en optimizar comunicación en ambas direcciones y se crean grupos de trabajo heterogéneos que contribuyen a desarrollar proyectos integrales, coordinación y procesos de toma de decisiones más inclusivas. Involucrar a múltiples agentes o partes en los procesos de comprensión y definición tiene en cuenta distintas perspectivas que ayudan a identificar y dar prioridad a atajar incertidumbres (lagunas de información) y plantea una metodología iterativa en el desarrollo de sus servicios que incorpora un mejor conocimiento de su contexto, usuarios y potencial, estableciendo si los problemas identificados se corresponden con las prioridades estratégicas de nuestro servicio. Además, en el proceso seremos conscientes de nuestras ventajas competitivas para responder a problemas para los cuáles estamos en la situación más óptima en capacidades únicas para procurar una solución enésima veces mejor que otra entidad, aspirando a obtener los beneficios empresariales ventas, cuota de mercado, mejoras en procesos productivos …) y también ser líderes en innovación. En la realización de este esquema la organización tiene el control sobre el Cuadro de Valor (Oferta) por lo que se presta como una ocasión ideal para ajustar el servicio y documentar cómo se optimiza su propuesta de valor para aportar soluciones innovadoras en un ciclo iterativo. Este lienzo permite presentar un retrato del usuario contrapuesta junto a una imagen del servicio que ayuda a comprobar si existe un buen encaje entre demanda y oferta de servicio. Una estrategia de prioridades de la propuesta de valor (que no sea impedimento no poder resolver todos los puntos en un mismo lienzo) abordará aquello que resulta más valioso para el usuario ofreciendo una solución realmente óptima y que suponga una ventaja a la organización sobre su entorno aspirando a que ese esfuerzo en su aplicación sea duradero. La situación de encaje puede verificarse en tres momentos de prueba:
Hoy en día debemos ser conscientes que los consumidores tienden a dedicar más tiempo a investigar los servicios que se ofertan, en parte porque la estrategia de cultivar consumidores inteligentes se ha infiltrado en nuestra identidad colectiva como un referente de consumo, pero también porque vivimos en un contexto en el que las redes sociales han empoderado a los usuarios a compartir su experiencia y a las empresas a perfeccionar sus técnicas de atención al cliente.
Desde el punto de vista de la organización, se debe considerar útil este clima para asumir el papel de facilitador de diálogo con el consumidor que tenderá a preferir, cuando no a exigir, un servicio incrementalmente personalizado a sus necesidades. La adquisición y análisis de la información que aportan los usuarios sobre un servicio requiere principalmente potenciar la aptitud humana de empatizar, más que tratarse de una capacidad tecnológica. A continuación, veremos dos herramientas que sirven para gestionar la información que se obtiene a través del ejercicio de empatía: El Mapa de Empatía y el Mapa del Recorrido del Cliente o Customer Journey Map. En ambos casos el empleo de estas técnicas de gestión de información denotará la aspiración a centrar el estudio y la búsqueda de soluciones a la escala humana. 1. MAPA DE EMPATÍA Si bien la información obtenida de fuentes analíticas de uso, pueden resultar de interés y la llamada Big Data ofrece un campo de visión importante, también puede ser limitado; los números no suelen contar toda la narrativa que afecta a la usabilidad, por lo que es imprescindible buscar maneras de obtener respuestas al porqué de ciertos comportamientos. Nuestra investigación se centrará en estudiar los segmentos de usuarios que nos ofrecen los pulsos de mercado (market pulses) para visualizar los perfiles objetivos, quién beneficia nuestro servicio de manera más concreta y las lagunas existentes en el mercado. Buscaremos esta retroalimentación de grupos diversos de usuarios, competidores y líderes en el sector, pero también de otros grupos internos y externos implicados en los procesos de desarrollo y gestión, como por ejemplo, del equipo de ventas, cuerpo administrativo o proveedores. En resumen, debemos asumir el punto de vista de las personas involucradas en cada aspecto del servicio, explorar múltiples ideas y examinar los recursos que podremos usar para nuestro entendimiento del proyecto. La inspiración basada en las realidades descubiertas nos abre o cierran las oportunidades en la búsqueda de soluciones. Una vez identificado qué se debe saber, comienza la búsqueda de cómo obtener la información y elegir las herramientas que faciliten el proceso. Como todo, empleando la perspectiva centrada en la escala humana, la selección de las herramientas irá directamente relacionada al tipo de usuario objetivo, siempre buscando nuevos métodos para evaluar procesos. Es decir, por ejemplo, empleando herramientas de perfil tecnológico en el caso de querer supervisar o grabar mapas de usabilidad de cliente en entornos digitales. Descripción del Lienzo La herramienta primaria para visualizar el ejercicio empático, reflejando con usuarios es el Mapa de Empatía, donde podemos documentar la información que recibimos y obtenemos de nuestra interacción directa con ellos acerca de una experiencia. Para analizar la situación actual del usuario tendremos en cuenta lo que ellos nos transmiten pero también lo que observamos de su comportamiento con el objetivo de recaudar:
La investigación del usuario debe realizarse con prioridad, puesto que significa dirigir el desarrollo del proyecto al público objetivo a tiempo, suponiendo un ahorro en recursos y permite corregir errores antes. Dicho esto, la formula iterativa del planteamiento de Design Thinking, permite re-visitar la definición del usuario en círculos permitiendo adaptar los perfiles a momentos actuales y explorar otros mercados de nicho. También puede darse que los resultados de la investigación generen resultados muy divergentes, que pueden derivar en la identificación de distintos perfiles de consumidor o en señalar que las preguntas de deben formularse de manera distinta.
El diseño de las técnicas de entrevistar y de observación adecuadas van ligadas a la cultura de nuestra organización y procuran un mejor conjunto de herramientas para examinar con las motivaciones de los usuarios, permitiéndonos definir y reformular los problemas en base a sus necesidades emocionales. Como se dice popularmente, cada maestrillo tiene su librillo a la hora de construir su propio estilo al entrevistar basado en los resultados y comodidad adquirida. También, cada investigación puede requerir estrategias distintas para establecer conexión entre los interlocutores. Sin embargo, pueden considerarse esenciales los siguientes procedimientos:
La reflexión posterior está en definir el criterio con el clasificar ese feedback. ¿Cómo decidir cuáles problemas atender y trabajar para desarrollar su solución? ¿Cuáles son lo suficientemente importantes, que requieran tener que adelantarse en el mercado de la innovación? El éxito de nuestra estrategia dependerá intrínsecamente en discernir la magnitud del problema y si nuestro compromiso de trabajo procura soluciones analgésicas realmente necesarias que alivian substancialmente la experiencia de los usuarios o si se consideran vitaminas que ofrecen mejoras experienciales. Recomendación: asimilar que la investigación debe ser proceso en continuo desarrollo. 2. MAPA DE RECORRIDO DE CLIENTE Esta herramienta se emplea para conocer a fondo los pasos por los que navega el usuario al hacer uso de un servicio, siendo la principal motivación de este ejercicio conocer mejor al usuario para añadir valor a la experiencia de manera global. En el proceso, también se identifican todos los momentos de interacción que existen entre el usuario y la organización. Asimismo, el Mapa de Recorrido de Cliente (MRC) favorece una coordinación interna organizativa de manera cognitiva y funcional porque, al ser de actitud exploratoria, que retrata cómo trabajamos y examina la relación en los momentos de interacción reales que existen con usuarios hasta el menor de los detalles. Al tratar esta investigación como un objetivo de interés global sobre la oferta, podremos usar este recurso para romper silos de información y asegurar que se integran todas las áreas de conocimiento involucradas de nuestra organización en el proceso. El aprendizaje que se adquiere del análisis empodera a la organización y su equipo para asumir una actitud de servicio adecuado para generar valor a esa experiencia del usuario. También sirve para validar que los criterios de servicio se mantienen de manera deseablemente homogénea en distintos puntos de distribución. Principalmente, destacar que al mapear detalladamente la experiencia del cliente, se planta cara a la incertidumbre. Siguiendo la tendencia iterativa del Design Thinking, se espera que estás prácticas se lleven a cabo con la repetición deseada para mantener la información representativa del momento actual de la vida del usuario. Al igual que en el caso del Mapa de Empatía, la identidad del usuario puede representar un segmento de usuarios mientras entre ellos exista una consistencia de perfil en cuanto a sus comportamientos, expectativas y reacciones emocionales que resulten útiles al ejercicio de análisis. Descripción del Lienzo
El esquema de MRC en primer lugar identifica las distintas fases en la experiencia del usuario plantea un aspecto de su experiencia y en qué consiste el servicio necesitado en ese momento. Por ejemplo, si estuviéramos estudiando el servicio de un teatro, podríamos interpretar que el momento #1 es la compra de entradas y sus puntos de contacto vamos a suponer que son la venta de entradas bien online, bien en la taquilla. Se sucederán en los Mementos posteriores (#2, #3, #4…) las fases de llegada y acceso al recinto, el guardarropa, el acceso a la sala, la toma de asiento, el espectáculo, el intermedio, el servicio de bar, los servicios, la salida de sala, la recogida de abrigos, la salida del teatro, la disponibilidad de transporte, etc.
Las Expectativas de los momentos resumen qué espera el cliente de esta parte de la gestión del servicio y, en el ejemplo anterior, en el Momento #1 incluirían nociones lógicas como que el usuario consiga fácilmente comprar sus entradas, que no necesite mucho tiempo y que ésta sea una experiencia positiva. La Experiencia del usuario se emplea para desglosar el Momento en fases intermedias concretas, como puede ser, buscar la función de compra deseada en web, selección de asientos, tramitar la compra, etc.. y cada una estará acompañada de la evaluación sobre cómo fue la interacción puntual. En este territorio, la organización querrá analizar y establecer un criterio para diferenciar qué puntos, como fases intermedias, son más relevantes en importancia cara a la funcionalidad del Momento, por ejemplo, quizás no tiene la misma importancia efectuar una compra segura online que disfrutar de la elección estética del diseño del carrito de la compra virtual. La Evaluación de Usuario recoge cómo se fue recibido el Momento por el cliente en términos generales, indicando una respuesta positiva, intermedia o negativa. Al poblarse el esquema para evaluar la experiencia en cada uno de los momentos se hará patente el agregado de reacciones emocionales en una Curva de Sentimiento de Usuario. El MRC permite adquirir el punto de vista de los clientes y aproximarnos a cómo se siente al interactuar con cierto servicio con la finalidad de conocer el margen de coincidencia o diferencia que existe entre lo esperado y lo que finalmente experimenta el usuario. Así, la organización cuenta con una poderosa herramienta de la visión precisa para entender dónde están los puntos fallidos en su oferta de servicio y atajar cuáles deben ser considerados con prioridad porque son más importantes. Pero no todo serán áreas de satisfacción o frustración de usuarios, si no que probablemente existirá un feedback de valoraciones regulares que detectan áreas de oportunidad de mejora en servicio. Aprender a usar el MRC y su implementación sistemática ofrece la posibilidad de obtener valores nominales a los resultados basados en un criterio, este ejercicio se emplea para generar resultados cuantificables y cualitativos concretos que se extraen de un estudio sobre la práctica de la organización. Haciendo eco del Design Thinking, el MRC procura transformar conceptos confusos y abstractos en detalles sencillos y medibles, con el objetivo de contribuir al diseño del recorrido al que se aspira ofrecer. En conclusión, el MRC genera un rastro de evidencia, las pruebas documentales de la valoración de los usuarios de un servicio y, mediante su empleo en el tiempo, también para medir la capacidad de gestión de soluciones alternativas para alcanzar una optimización de la oferta y, por tanto, de la experiencia del cliente. TERRITORIO DE LA SOLUCIÓN En el ámbito de la búsqueda de la solución se dará prioridad al desarrollo de prototipos o casos con el fin aprender de ellos sobre la práctica, lejos de considerarse propuestas finales. Esta fase se nutre de la Ideación generada de manera colaborativa integrando distintas visiones del equipo (heterogéneo) donde no deben imponerse limitación en las visiones que surjan para crear posibles soluciones. La construcción de prototipos sirve para identificar variables para distintas preguntas y comunicar aspectos parciales de la solución, bien sea en el sentido funcional, de contenido o estético, ya que son expresivos por definición y permiten visualizar conceptos abstractos o en desarrollo para experimentar con ellos.
En una siguiente fase de testeado se prueban y mejoran los prototipos en pos de la solución que resulte más adecuada. Idealmente los usuarios que experimentan los prototipos quedan expuestos a ellos sin directrices, ni influencias, para comparar libremente las opciones disponibles para observar el tipo de experiencia generada. Tras los ciclos necesarios de refinamiento comienza la implementación para su lanzamiento.
El proceso de design thinking: Descubrimiento, definición del problema, ideación de soluciones, selección de alternativas.
El Design Thinking plantea una forma de trabajo cíclico, sin embargo, las fases que lo componen no tienen por qué entenderse en orden cronológico, si no seguirse en el orden natural y realista del desarrollo del proceso. El modelo iterativo plantea que la evolución de los procesos es adaptable a cada caso y no es siempre lineal puesto que a menudo requiere volver a plantear, examinar y testar los avances. De la misma manera distintos métodos se escogerán según el contexto en el que se opere. Según Tim Brown, el proceso de Design Thinking se puede entender como un sistema de espacios que se solapan, más que pasos secuenciados en orden. Básicamente, el proceso creativo sobre el que se basa puede representarse por la sucesión o alternancia de la dedicación de sus tareas primarias:
El terreno de la Inspiración es donde se define el problema o la oportunidad que motiva la búsqueda de soluciones; la Ideación se refiere a la generación, desarrollo y testeo de ideas; La Implementación es el recorrido que vincula el desarrollo de proyecto con la vida de sus usuarios. El proyecto viajará en bucle entre estas fases, principalmente entre la Inspiración y la Ideación, de manera iterativa que progresivamente irá definiendo las ideas e implementando nuevas direcciones.
1. Territorio del Entendimiento:
2. Territorio de Creación:
3. Territorio de Ejecución:
TERRITORIO DEL PROBLEMA Pese a la aparente obviedad, es crucial asimilar que cara a ofrecer una solución innovadora debemos identificar y definir el problema de manera correcta y profunda. Para ello tendremos que absorber información secundaria de mercado que nos ayude a entender el contexto genérico en el que desarrollar y ofrecer nuestro servicio, al igual que identificar el mapa de competidores y entender la oferta tal y como ya existe. Es imprescindible conocer esta inteligencia ya existente y que nos aporta datos esenciales sobre el medio en el que operamos y conocer las grandes tendencias del mercado (Megatrends) con las que, en lugar de luchar contra ellas, podemos sentirnos identificados y aprovecharnos en nuestra estrategia del impulso colectivo que encierra ese ecosistema. No obstante, el éxito de la innovación vendrá dado por la satisfacción proporcionada por la mejora que obtengan nuestros usuarios y el desarrollo de nuestro potencial, por lo cual debemos incluir esa aproximación antropológica concreta para dirigir ese cambio basada en la investigación y el desarrollo de la empatía hacia los usuarios. Empleando la forma de pensar de un diseñador, debemos trascender forma y función, para crear valor a nuestro servicio a través de una mejora o aportación significativa para la experiencia de nuestros usuarios. Idealmente queremos aspirar a que, más allá de un avance gradual, bien medido en un aumento significativo de clientes o crecimiento, nuestra creación sea una solución radicalmente innovadora y disruptiva.
Puesto que, en ocasiones, la experiencia de los usuarios no está definida o documentada, el ámbito del problema es el escenario idóneo donde plantear el déficit de información y diseñar el método para obtenerla. Por ejemplo, nuestro caso quizás no cuenta con testimonios ni historias de consumidores que sirvan como base para analizar la naturaleza del problema u oportunidad. Así, para empezar, se debe identificar cómo el servicio puede ayudar al usuario en su vida. Como consecuencia, se tendrá que valorar la información con la que se cuenta sobre el público al que nos dirigimos, prestando igualmente atención a los huecos que aparecen sobre aquello que desconocemos y necesitamos saber para optimizar el diseño del servicio.
El Design Thinking es un proceso de innovación centrado en el ser humano que enfatiza la observación, la colaboración, el aprendizaje rápido, la visualización de ideas, la creación rápida de prototipos de conceptos y, simultáneamente, el análisis de negocio. Aporta una nueva perspectiva a la hora de resolver los retos que generan los procesos de innovación, desprendiéndose de creencias o presuposiciones. Tener una formación como diseñador técnico o creativo no es necesaria, pero podemos adoptar una actitud que nos ayude a operar bajo el arquetipo del diseñador, facilitar la búsqueda de la innovación en nuestros procesos de desarrollo y entender cómo empresas o grupos de trabajo pueden incorporarlo a sus rutinas de una manera eficaz.
Partiremos de la base que los diseñadores cuentan con las mejores herramientas y actitud para enfrentarse a esta tarea principalmente porque:
Este último proceso les previene de alcanzar soluciones superficiales y les hace conscientes de que hay que generar muchas ideas para valorarlas y compararlas durante una fase convergente que sigue para seleccionar la mejor opción. Antes de llegar a una etapa de prototipado, el diseñado se cuestiona el valor de una buena idea, qué es capaz de resolver y si hay otras maneras con las que resolver el problema. Además, suelen ser pacientes con los procesos necesarios para obtener soluciones puesto que son intrínsecamente necesarios para realizar su trabajo. El diseñador tiene un compromiso hacia el manejo funcional de la complejidad que consiste en enfrentarse a la incertidumbre para conocer todos los aspectos de la problemática y tratar de simplificar su expresión al máximo. Así, los practicantes de Design Thinking buscan crear simples soluciones para problemas grandes y complejos, trabajando dentro de un marco operativo donde se ha de validar la información que se va obteniendo y transformando en propuestas de solución. La actitud de diseñador facilita que este conjunto de prácticas sea sencillo, aporte nuevas perspectivas en la gestión de problema y esté al alcance de las partes involucradas (stakeholders) para alcanzar de forma colaborativa soluciones innovadoras. Otra clave para procurar la reducción de complejidad consiste en tener la certeza de nuestra localización dentro del proceso de desarrollo, para así podremos limitar enfoques y actividades a las metas funcionales de cada fase y asegurar la transmisión de esta información a los demás equipos de trabajo participantes. El esquema del Doble Diamante resulta una herramienta muy útil para establecer la localización concreta y generar coordinación porque representa de manera esquemática las fases necesarias del proceso de trabajo de un diseñador (inicialmente derivado del trabajo de diseño industrial) dejando patentes los objetivos a obtener de cada contexto. Este esquema de trabajo para trazar la problemática y generar soluciones sirve de plantilla para definir las fases ideales sobre las cuales se opera en la metodología de Design Thinking. Asimismo, este gráfico puede simplificarse para funcionar como el mapa de estrategia del diseño de solución y su posterior ejecución. Este diagrama reducido se denomina Doble Diamante y resulta útil para situar al diseñador y otros equipos de trabajo en cada contexto del proceso de diseño y a indicar la motivación o actitud idónea para cada etapa.
El diamante es una representación perfecta para representar las dos fases esenciales de un proceso de diseño:
Cuando se empareja este diamante con un segundo (Double Diamond Model, British Design Council) se refleja como las acciones del primer proceso ayudan a crear un nuevo punto de origen para una nueva propuesta, la segunda forma de diamante, esta vez optimizada en base a las reflexiones sobre cuáles son los verdaderos retos que se han descubierto. Como en cualquier aplicación del planteamiento creativo, este proceso se repetirá de manera iterativa para mantenerse siempre en sincronía con la realidad que se observa. Asimismo, las fases del Design Thinking pueden definirse de la siguiente manera según la meta funcional que marca de cada etapa: Definición del problema
La mentalidad curiosa y abierta de la forma de analizar de un diseñador, junto con múltiples técnicas que nos ofrecen información sobre el proceso y sus componentes, puede en ocasiones resultar algo intimidante. En principio, el motivo para recopilar, en la fase divergente, el volumen de datos es poder lidiar con la incertidumbre del proceso y emplear las herramientas de investigación para entender las necesidades del usuario. La fase convergente que sigue requiere que esta información de poco valor o áreas donde ésta es insuficiente.
En momentos turbulentos como el que está ocurriendo en la economía mundial, y específicamente más con la situación económica de las micro, pequeñas y medianas empresas de Uruguay, vemos el desafío del empresario por llevar adelante una situación muy complicada de desfinanciación, falta de liquidez y no poder generar ventas por el parate que genera la crisis sanitaria en el país.
Es crítica la incertidumbre que genera el no saber qué va a suceder de aquí a dos semanas, menos ser consciente de cómo va a repercutir la situación actual de aquí a un año. El problema sanitario en la economía repercutirá en mayor medida en el largo plazo, siendo la situación actual ,muestra de lo que nos espera como sociedad, comerciantes y emprendedores.. Es momento de reflexionar, poner en juego quienes somos en tiempos donde es necesario generar ingresos por vías que no son las convencionales, las de toda la vida, el trabajo, el negocio, la jubilación o la changa diaria. Es momento de proponer, escuchar, entender y emprender nuevos métodos de generar efectivo para que estos sean un complemento de nuestra remuneración. Surge de este contexto, la palabra diversificación, o en criollo sería el poner lo huevos en diferentes canastas. Pensar en nuevas oportunidades de negocio, un nuevo público objetivo, no centralizar el total de mis ventas a un solo clientes o rubro, ¿que pasa si el rubro sufre una crisis?, se perdería el negocio. Generar nuevas oportunidades de negocios que generen liquidez a la empresa es el principal objetivo, así como negociar con proveedores, bancos y entes estatales para poder alargar en mayor medida la cadena de pagos presente. ¿Pero realmente qué significa la palabra diversificación? No confundamos esto con que hay que abrir el negocio a muchas puntas, y generar mínimos ingresos de todos. La diversificación implica enfoque, enfoque a generar y absorber el mayor ingreso posible de este nuevo mercado, y una vez que logremos generar esto de manera recurrente y estable, seguimos con el siguiente. La opción de este fenómeno permitirá a la empresa mayor estabilidad económica ante la caída de alguno de los rubros en que genere sus ventas, pero esto no generará la retirada del conjunto del mercado. Autor: Federico De la Fuente
Aunque el espíritu emprendedor en realidad es escaso en nuestra sociedad, algunas personas en algún momento de nuestra vida hemos deseado convertirnos en empresarios. ¿Qué prefieres tú, contar con un empleo “seguro” o lanzarte como un buen aventurero a la caza de fama y fortuna mediante la puesta en marcha de un emprendimiento? Esta pregunta no es tan banal ya que el iniciar cualquier proyecto productivo (se producen cosas y servicios y se comercia con ellos) implica la conjunción de algunos factores y desechar ideas románticas sobre el quehacer empresarial, la mayoría de las veces bastante equivocadas.
Describir lo que es un empleado no tiene mayor complejidad ya que casi todos lo hemos sido, pero cuando hablamos de ser empresarios ya no es tan sencillo porque existen algunas "modalidades" a considerar. Te invito a que comencemos precisamente por distinguir entre el autoempleado (o autónomo) y el empresario. El Director Regional Adjunto de la Oficina Regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, Virgilio Levaggi, explica que «el empleo es definido como "trabajo efectuado a cambio de pago (salario, sueldo, comisiones, propinas, pagos a destajo o pagos en especie)" sin importar la relación de dependencia». La Real Academia Española nos dice que un empresario es el “titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa”. Y sobre ésta última, la empresa, podemos afirmar que se trata de una “unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos”. Por lo tanto, te propongo que mientras no cuentes con una organización, es decir, con un conjunto formado por al menos dos personas (tú como propietario más un empleado) estaremos hablando de autoempleo. Cuando cuentes con la capacidad y/o necesidad de contratar a un empleado asalariado, entonces dejarás de ser autoempleado para convertirte en empresario. El autoempleo es una excelente oportunidad tanto de obtener un mejor ingreso como de ocuparse en una actividad acorde con tus expectativas profesionales y competencias personales. Si tienes el interés por trabajar de manera independiente, es muy importante que distingas claramente que para autoemplearse o crear una empresa, se requieren esfuerzos y enfoques distintos. Primero autoempleo, luego la empresa. Un proyecto empresarial que comience generando un primer empleo (el del mismo emprendedor), permite la formación de cimientos sólidos y un crecimiento orgánico. Es común que al principio los empresarios tengan temor de vender, de hacer llamadas a posibles clientes, de cobrar por el producto o servicio entregado, de dar órdenes a sus subordinados o de llamarles la atención. Incluso son temerosos de tomar decisiones. Parte de la formación empresarial inicial que consigas, debe implicar que adquieras las habilidades o competencias mencionadas y con la práctica llegues a dominarlas. Un segundo paso puede ser la contratación del primer empleado, mismo que recibirá una inducción y capacitación adecuadas derivadas de tu propia experiencia como emprendedor. Es en este momento en el que ya se puede hablar de una verdadera empresa, cuando hayas creado empleo para otros. ¿Qué tipo de empresa podrías comenzar? Es un buen tema para otro post pero no dejes de comentar sobre éste. Cambia tu mentalidad de empleado a emprendedor Si quieres convertirte en empresario, conoce cuáles son las actitudes que debes dejar atrás para tener éxito. Una gran parte de los negocios que fracasan lo hacen porque el emprendedor no está lo suficientemente capacitado para convertirse en jefe. A pesar de contar con el conocimiento necesario, una buena idea e incluso con el apoyo financiero no se logra estabilizar la empresa pues su líder no modifica su actitud… y sigue pensando como un empleado. ¿Qué puedes hacer para deshacerte de esta mentalidad y convertirte, de una vez por todas, en un verdadero emprendedor, tanto interna como externamente? Estas son algunas actitudes que debes desarrollar para lograrlo:
Las diferencias entre empleado y emprendedor Ser un emprendedor es ser el jefe de uno mismo, el que toma las decisiones en su propia empresa. Es el también el sueño de muchos trabajadores. Pero solo es un sueño porque hay mucho temor al cambio. Muchas personas tiene miedo a dejar la comodidad del trabajo, dejar de recibir un sueldo como empleado y arriesgar su tiempo y su dinero. Ser un empleado o trabajador es una mala opción. Sin embargo, hay mucha gente que le gustaría optar por su empresa propia pero constantemente están postergando esta decisión. Ser emprendedor significa iniciar y desarrollar una actividad, asumiendo los retos y los riesgos que esta actividad conlleva. No obstante, lo que hace diferente a los emprendedores es que generan cambios positivos en su comunidad y le dan valor agregado a las actividades que realizan. Por otro lado, un empleado es una persona que realiza un trabajo por un salario y cumple un horario determinado. En la mayoría de los casos los empleados no arriesgan su dinero ni su tiempo. Sin embargo, al igual que los emprendedores cumplen objetivos y trabajan con la finalidad de hacer crecer la empresa. Empleado e intraemprendedor Ante el modelo de empleado burocrático que solo espera recibir órdenes y hace solo lo necesario hay una tercera vía. Está el modelo de empleado intraemprendedor que actúa y desarrolla en una organización sus funciones diarias como si se tratara de su propio emprendimiento. Un intraemprendedor es aquel empleado que le da valor agregado a sus funciones. Es una persona que puede estar más cerca del emprendimiento. Un intraemprendedor tiene la capacidad de realizar nuevos proyectos bajo el paraguas de la empresa. Son empleados muy valiosos que pueden darle un impulso a la empresa para lograr los objetivos. Es un talento que se debe de cuidar. Características de los intraemprendedores y emprendedores
Las tres etapas básicas del emprendimiento Emprender es uno de los mayores desafíos que podemos tener en nuestras vidas. Es una actividad que demanda de nosotros, esfuerzo, dedicación, valentía, consistencia, constancia. El que emprende es un valiente y un rebelde, es decir, no se conforma, no se queda en una zona de confort sino que está dispuesto a salir de ella, enfrentar sus miedos e intentar superar obstáculos. Ahora bien, parte de ese proceso es saber tener los pies bien puestos sobre la tierra y saber entender de manera adecuada en dónde estamos, qué queremos y hacia dónde vamos. Cuando se tiene un negocio es fácil considerarnos como «empresarios» o como «dueños de negocios» pero, realmente lo somos?, realmente nos sentimos así? Para esto es importante saber identificar las 3 etapas básicas del emprendimiento: Soñador – Emprendedor – Empresario (dueño de negocio). Etapa Soñador: Todos tenemos ideas geniales ; “tenemos la idea millonaria”, “la idea ganadora”. Pero esta idea mientras no se la ejecute es solo eso . A esta etapa la denominaremos: «soñador» que es esa etapa en la que tu idea aún no está madura, a la que todavía moldeas, a la que aún le agregas cosas y que, a pesar de que estás convencido de que es una gran idea, aún no la has probado o has obtenido resultados reales. En esta etapa, un emprendedor comparte su tiempo dedicado a su idea, con un trabajo que le permita tener «weekly income» o el ingreso para mantenerse. Si tienes varios socios, es el tiempo en el que te pasas también moldeando tu idea con tus socios, lanzando planes, proyectos, números, cifras. El mundo está lleno de grandes ideas y de personas que las tienen. Has escuchado alguna vez, la frase: «me ganaron la idea» o «yo tenía esa idea hace años», pues bien no te robaron la idea, ni nada por el estilo. Es la calidad de la ejecución, la valentía que uno tenga en un determinado momento para tomar oportunidades y sobre todo para luchar por la idea que uno tiene, lo que le hace pasar de ser soñador a un emprendedor. Etapa emprendedor: Esta etapa es en la que tomas la decisión de dar el salto, de poner en ejecución tu idea. En la que decides lanzarte y emprender. En emprendimiento, no hay grises, si estás convencido en su totalidad de que tu idea es buena, pues debes «quemar las naves como Cortés», es decir, estar dispuesto a apostarlo todo por ella: tiempo, dinero, esfuerzo, sacrificio. Los inversionistas suelen llamar «la piel en el juego» que es el identificar lo que estás dispuesto a entregar tú por tu idea y eso es un termómetro real sobre tu nivel de convencimiento pues, cómo le puedes pedir a alguien que ponga algo que tú no estás dispuesto a dar? Para poner en papel y en práctica tu empresa debes poner los elementos básicos de tu negocio: a quién voy a vender; qué voy a vender; qué me diferencia de toda la competencia; cómo voy a llegar a ese mercado; cuáles son los canales de distribución (cómo va a llegar mi producto a mi cliente?, lo voy a llevar yo directamente?, a través de terceros?); cómo voy a mantener la relación con mis clientes; cómo voy a cobrar?; quienes son mis socios estratégicos, alianzas estratégicas. En la fase de emprendimiento, tu negocio absorbe todas tus energías y tu tiempo. Al inicio muchas de las necesidades del personal del negocio son cubiertas por tí. Tú eres: Vendedor, Jefe de Producción, asistente contable, mensajero, etc. No hay fórmulas exactas que puedan determinar los tiempos para desarrollar un emprendimiento, pero a medida que vayas creciendo es importante que tengas en cuenta los espacios estratégicos que debes ir llenando para que tu negocio vaya evolucionando y funcionando de mejor manera y, al mismo tiempo, tú te vayas transformando en dueño de negocio. Etapa auto-empleado: Un auto-empleado es aquel que construye básicamente un lugar donde tiene un empleo seguro y en el cual el mismo es su propio jefe, pero no tiene la libertad que necesita. Por un lado hace contabilidad, finanzas, sabe de tecnología, busca clientes y también se dedica a vender. Cómo identificar si soy auto – empleado? Aquí algunos hechos que debes identificar: Si me voy de vacaciones una semana, dos semanas o un mes mi negocio: Va a funcionar de manera adecuada?; Al terminar el día a día de actividades te preguntas: qué hice hoy? hice algo productivo?; En tus objetivos de negocio, al terminar el mes, sientes que has avanzado en algo?; Cuándo fué la última vez que emprendiste un nuevo proyecto?; Sientes que el negocio no está en el nivel de desarrollo que lo pensaste al inicio? Sí tienes algunas respuestas positivas a algunas de estas preguntas, no eres dueño de negocio sino más bien un auto – empleado, es decir, un empleo en el cual tú eres tu jefe, pero en el cual, si mañana no trabajas no generará ingresos. Y si soy auto–empleado, qué puedo hacer para convertirme en dueño de negocio? No será fácil, y será un proceso, pero aquí unos consejos prácticos: Identifica primero quienes te rodean: tienes equipo de trabajo que pueda tomar decisiones? Si la respuesta es no, empieza por allí. Empieza a formar un equipo de trabajo que pueda tomar decisiones, cuando tú no estés. Al principio será difícil, de que ellos se empoderen y que tú sueltes, pero si brindas la confianza suficiente y la enseñanza adecuada con el tiempo se lo podrá realizar. Identifica qué se te da mejor: vender, marketing, motivar? Una vez que identifiques eso podrás enfocarte en esa actividad. Determina cuáles son tus objetivos: abrir un nuevo negocio?, crecer el actual?, venderlo? Una vez determinado ese objetivo trabaja en ello. Prepárate en lo que consideres que estés con falencias: toma cursos sobre negocios, anda a eventos y solidifica tu posición. Etapa empresario o dueño de negocio: Un empresario es aquel que logra hacer que su negocio crezca y se desarrolle a tal punto que para seguir su operación permanente no dependa de la presencia física o tangible de su fundador. Un empresario, es aquel que por su experiencia es capaz de transmitir a otras personas todos sus conocimientos. Un dueño de negocio es aquel que no se encarga del «micro management» de su negocio sino está enfocado en el «macro management» que son las acciones estratégicas para que su negocio o fortuna crezca. Para enfocarlo en ejemplos concretos: si que después que tu negocio ha crecido tu tiempo día a día se va en actividades tales como: realizar las compras básicas, hacer cheques o ciertas fases de producción y no en actividades como: nuevas inversiones, contratar y desarrollar tu personal, nuevas alianzas estratégicas, posibilidades de nuevos negocios, pues no eres un empresario, ni te has convertido en un dueño de negocio. Un dueño de negocio no significa que «ya no trabaja» o se queda en su casa. El ser dueño de negocio es una fase en la que tus actividades están enfocadas en el crecimiento de tu negocio y no en su operación diaria. Nadie más que tú puede tener la visión estratégica para que tu negocio crezca y si tu tiempo se desgasta en actividades que si la piensas en calma pueden ser cubiertas por alguien más que, incluso, tiene un costo de hora más barato que el tuyo. En qué actividades se debe enfocar un dueño de negocio: Relaciones públicas. Marketing, generación de leads. Networking, atracción de inversión. Generar procesos : Reunir un buen equipo de trabajo y procesos claros. Conformación de un buen equipo de trabajo. Empoderamiento de su equipo de trabajo. Nuevas inversiones. Nuevas líneas de negocio.
Miguel Ángel Ruiz (1952) es un autor, escritor y orador mexicano de textos y temas de espiritualidad, influenciado por otro gran autor y pensador, el antropólogo peruano Carlos Castaneda (fallecido en 1998). Su obra más influyente es Los cuatro acuerdos, y están basados en lo que Ruiz transmite como sabiduría tolteca, cultura precolombina de que dominó en el norte del altiplano mexicano entre los siglos X y XII. La edición original fue publicada en 1997 y ha vendido más de 4 millones de ejemplares.
El valor de los cuatro acuerdos Los cuatro acuerdos se expresan de manera sumamente simple, y muy profunda a la vez. Esta doble mirada permite que la persona que está buscando respuestas a algunos de sus dilemas de la vida, las encuentre en lenguaje sencillo y ameno; y quien busque profundizar, hallará muchos niveles para seguir buceando. Los Cuatro Acuerdos son: Sé impecable con tus palabras; No tomes nada como personal; No adivines ni supongas y Haz siempre lo máximo, lo mejor que puedas. 1- SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS. Habla con integridad. Di solamente lo que quieres decir. Evita hablar contra ti mismo y chismorrear sobre los demás. Utiliza el poder de tus palabras para avanzar en la dirección de la verdad y del amor. 2- NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE. Lo que dicen y hacen los demás es una proyección de su propia realidad, de su propio sueño. Nada de lo que dicen se refiere realmente a ti. Cuando seas inmune a las opiniones y a los actos de los demás, dejarás de ser víctima de un sufrimiento innecesario. 3- NO HAGAS SUPOSICIONES. Encuentra la valentía necesaria para preguntar y expresar lo que realmente quieres. Comunícate con los demás tan claramente como puedas con el fin de evitar malentendidos, tristezas y dramas. Sólo con este acuerdo, transformarás tu vida por completo. 4- HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS. Lo máximo que puedas hacer cambia según el momento; es distinto cuando estás sano o cuando estás enfermo. Bajo cualquier circunstancia, haz sencillamente lo máximo que puedas en el momento en que te encuentras y, de este modo, evitarás juzgarte, maltratarte y lamentarte. Aplicación de los cuatro acuerdos en la empresa ¿Para qué pueden ser útiles Los Cuatro Acuerdos en la empresa? Para comunicarte mejor, aprender a entender a los demás, gestionar tus emociones, entrenarte en dominar tus impulsos y lograr un mejor nivel de excelencia laboral. PRIMER ACUERDO: SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS Las palabras crean estados de consciencia; y éstos, determinan tus pensamientos, que, a su vez, se manifiestan en los resultados. Más allá de tu idioma, cultura y experiencias, es el lenguaje que utilizas lo que conforma tu manera de representarte el mundo. Tus ideas, anhelos, metas, propósitos; tus relaciones, vínculos y dones. Todo se manifiesta a través de la palabra. Como sabes, pueden construir enormes sueños y beneficios para la humanidad; o destruir con su carga de miedo, rencor, frustración, enojo y opiniones mal intencionadas. Esto significa que las palabras no son inocentes, y están cargadas de significado. La palabra “impecabilidad” significa que no hagas cosas que vayan en contra de ti. Ser impecable es asumir tu responsabilidad personal; cumplir todos y cada uno de tus compromisos (empezando los que asumes contigo, y luego con los demás); y, a la vez, canalizar el don de la palabra en forma constructiva y positiva. Por ejemplo, entrar en el chisme, en la opinión agresiva en reuniones o en las redes sociales no produce ningún resultado virtuoso: por el contrario, dejas fugar enormes cantidades de tu energía vital a través de lo que dices, escribes e incluso cuando piensas en ideas a través de las palabras que le pones. En lo que piensas (y lo que dices, es decir, lo que declaras) es en lo que te conviertes. Para incorporar el primer acuerdo en la empresa: habla menos y haz más. Sobrepasa tus propias expectativas respecto al cumplimiento de tus compromisos. Cuida tus pensamientos. Evalúa antes de hablar. Escucha el 70% y habla sólo el 30%. Busca tener más precisión en tu lenguaje para expresar adecuadamente todas tus ideas. Evita herir y enfócate en elevar y aportar valor en tus interacciones con los demás. Descarta toda comunicación agresiva de tu vida. SEGUNDO ACUERDO: “NO TOMES NADA COMO PERSONAL” La mayoría de las personas asumen que cada cosa que pasa está diseñada para ellos; a favor o en contra. En las cuestiones a favor no hay mayor problema: todo encaja. El asunto empieza cuando la gente siente que todo lo que les pasa, sucede, los hechos del mundo y de su entorno, son “en su contra”. “El mundo está contra mí”, se dicen. ¿Te imaginas entonces lo que sucede? Efectivamente: aparentemente el mundo empieza a disparar munición gruesa sobre dicha persona. Sin embargo, es el ego de las personas el que produce enojo, frustración, y un gran desgaste emocional al intentar luchar contra las opiniones y situaciones del mundo que pueden envenenar tu vida. Todo parte de que el ego quiere darte aires de mayor importancia; por lo que, si te muestras excesivamente focalizado en la opinión de los demás, creas inconscientemente una cierta dependencia a la aprobación (o no) del otro. De esta forma estarás atrapado en esa emoción que tú mismo has generado. El sentirte el centro del mundo se llama de muchas formas: egocentrismo, egoísmo, arrogancia. Son matices de la misma expresión cuando haces y piensas que toda gira a tu alrededor. Cuando Miguel Ruiz en “Los Cuatro Acuerdos” sostiene “No tomes nada como personal”, significa que este paso será crucial para sentirte un ser libre, fuera de la domesticación de la educación, los dogmas y condicionamientos sociales y culturales que arrastras en tu vida. Este punto no trata de que aceptes todo sin que te impacte, sino que el problema aparece cuando le das entidad a “eso” que dice o hace la otra parte, y dejas que tus emociones se desbalanceen. Por ejemplo, cuando te ofendes por nada, reaccionas de formas generalmente inapropiadas, incluso exageradas. Esto surge por querer tener razón en vez de elegir ser feliz. Visto de otra forma, cada vez que quieres cambiar la opinión o comportamiento de alguien, te frustras, porque apenas puedes cambiar tu: es imposible cambiar a la otra persona si ese otro ser no lo quiere hacer. En todo caso, podría cambiar a su ritmo de evolución. Este segundo acuerdo es el que provoca gran parte del sufrimiento en la vida, ya que, por lo general, te muestras demasiado susceptible a todo lo que digan o hagan alrededor tuyo. Ahora ya sabes: asumiendo una perspectiva mayor de las situaciones y cuestiones -incluso las que te involucran directamente-, podrás no engancharte emocionalmente, respetar las posiciones de los demás (no necesariamente justificarlas; aunque sí entenderlas desde una mirada completamente diferente e integradora para tu bienestar. Desde este lugar irradiarás lo mismo a tu alrededor. Para incorporar este segundo acuerdo en tu empresa: Aprende de las diferencias con los demás; integra y respeta las decisiones de otros. Entiende que el otro es “un otro” con sus propios problemas, creencias y dificultades. Si algo te molesta, busca el espacio apropiado y exprésalo claramente desde tu perspectiva (apoderándote de tu comunicación, no echando culpas a los demás). No busques imponer por que sí tus deseos por sobre las opiniones de los demás. Considera siempre el bien mayor de todos en cualquier situación. Evita vivir desde el ego: aprende acerca de la compasión, la humildad, la escucha consciente, la apertura mental para vivir mejores experiencias. Esto te ayudará a tener más paz en todos los aspectos. TERCER ACUERDO: “NO ADIVINES NI SUPONGAS” Otra fuente de malestar interior, emocionalidad extrema, destrucción de tu auto estima y valor, y deterioro de tu poder personal es vivir haciendo suposiciones. ¿Cuántas veces has pasado días, meses o años elucubrando cuestiones que nada tenían que ver con la realidad de las cosas? O bien, ¿has conocido personas a las que le has dado apenas unos cinco o diez segundos para descartarlas de tu vida? Todo esto sucede porque supones más de lo que te permites vivir las experiencias para confirmarte tu percepción formada y sustentada. Suponer algo, en términos de tener un pálpito o corazonada, no es el problema: el asunto es cuando crees que es que supones es verdadero, incluso sin haberlo chequeado ni observado en perspectiva, ni cotejada información alguna. Cuando supones algo partes de una base incorrecta, porque de antemano crees y asumes que tienes la verdad absoluta sobre algo. Es más: dejas de distinguir qué es una presunción, hasta el punto de darlo por hecho como que algo es real… sin siquiera haberlo comprobado o experimentado. El proceso de suponer es inconsciente y forma parte de los sesgos cognitivos del cerebro. Un sesgo es un atajo que toma tu proceso cerebral intentando encontrar una vía de escape o solución rápida. Por lo general, se basa en un impulso rápido por el que asocias información basada en tu experiencia de vida, y la conectas con esa situación actual, apresurándote a tomar el atajo (sesgo) para sacar conclusiones rápidas. Como puedes observar, eso no trae un resultado certero, ya que partes de lugares equivocados y de querer controlar las situaciones al intentar precipitarlas a la velocidad en que lo exige tu dinámica emocional. Para incorporar este acuerdo para que te ayude en el trabajo: haz más preguntas, sé paciente, reflexiona, conecta mejor con las demás personas. Evita suponer aplicando la escucha activa y la comunicación asertiva. Releva los hechos, enfría tus emociones durante al menos tres días antes de actuar compulsivamente. CUARTO ACUERDO: “HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO, LO MEJOR QUE PUEDAS” Cuando hablamos de “ser la mejor versión de uno mismo”, significa que empezarás a vivir tu vida de una manera que tenga sentido para ti, y que, a su vez, puedas transformar tu entorno a partir de tus acciones. Este acuerdo propone que te muevas hacia el rasgo de la excelencia. Muchas personas buscan la perfección en sí mismas y en el mundo: eso no existe en este plano físico. Por lo que sí podemos aspirar a ser excelentes. En el trabajo, por ejemplo, se habla mucho de “tener que ser perfectos”. Ser una persona excelente es más que ser impecable; significa expresar continuamente y en todos los aspectos de la vida tu mayor compromiso hacia la calidad total de tus pensamientos, palabras y acciones. Hacer el máximo esfuerzo es salir de tu zona conocida, para expandirte un poco más allá, alimentándote de energía para alcanzar un nivel superior de excelencia en todo lo que realices. Hacer lo mejor que puedas es dar siempre tu 100%. 99,9% no es el ciento por ciento de lo que puedes dar. Hay una diferencia. Todo lo que se requiere de tu lado es que hagas, siempre y en todo momento y lugar, tu máximo esfuerzo. Es dar un poco más de lo habitual. Es salir de la comodidad de restarle importancia a las cosas y hacerlas rápido para sacártelas de encima. Es tomar una elección consciente de ser una mejor persona cada segundo de vida. Para incorporar este acuerdo: practica dar un poco más cada día; esforzarte en aquellos aspectos que necesitas mejorar. Inspírate en personas que ya lo hicieron: hay millones de fuentes de información disponibles. Conversa con personas que sean ejemplares según tu perspectiva. Aprende de las biografías, películas que te eleven y experiencias donde aprendas. Ante el fracaso, revalorízalo con el aprendizaje que te ha dejado. Descubre la fuente inagotable de tu poder personal para ser más excelente cada vez en todos los planos de tu vida. Y en el más reciente libro «El Quinto Acuerdo», Miguel Ruiz nos da una nueva pista para alcanzar la maestría emocional. 5- SÉ ESCÉPTICO, PERO APRENDE A ESCUCHAR No me creas, no te creas a ti mismo ni creas a los demás. Utiliza el poder de la duda para poner en tela de juicio todo cuanto oyes: ¿Es realmente la verdad? Escucha la intención que se esconde en las palabras y comprenderás su verdadero mensaje.
Posicionar una firma de consultoría que recién comienza, es posible con marketing digital. Quienes recién empieza tienen una preocupación en mente: ¿Cómo promocionar una firma de consultoría nueva? No importa en qué área estés especializando tu firma de consultoría, es un hecho que todas tienen la misma necesidad: adquirir nuevos prospectos con el objetivo de crecer su cartera de clientes y por tanto, también crecer su negocio. Siendo así, promocionar una firma de consultoría es un reto que, sin embargo, se puede sortear siempre y cuando se recurra al marketing digital.
Pasos para promocionar una firma de consultoría En primer lugar, encontrar los puntos fuertes de la firma de consultoría . Saber en qué especializan su conocimiento, cómo optimizarán las prácticas de una empresa u organización, cuáles son los valores agregados que quienes contraten adquirirán. Se puede hablar de la atención, de los resultados, de los rubros en los que han tenido historias de éxito. ¿Y cómo la gente puede saber esto? Con un plan integral de marketing digital. Las páginas web, la optimización en buscadores, redes sociales y blogs, pueden ayudar a promocionar una firma de consultoría creando toda una marca de confianza, que ofrezca contenido útil y atractivo para los clientes, pues solamente así lograrás llevarlos hacia ti y convencerlos de que cuentas con las armas necesarias para encargarte de lo que necesitan, para ayudarles a mejorar su funcionamiento. Google, el mejor aliado para promocionar una firma de consultoría Si bien la mejor estrategia para promocionar una firma de consultoría consiste en integrar diferentes servicios y áreas de digital, hay una estrategia en específico que, sin duda, será infalible. Colocar a la firma en una de las primeras posiciones de Google, te permitirá llegar a un público muy amplio que además, ya estará buscando específicamente tus servicios, que quiere llegar a ti. Por tanto, tu dinero no es desperdiciado en promocionarte con cualquier persona, así que hay retorno de inversión. La mejor forma de vender tus servicios de consultoría, coaching o asesoría Consultores y coaches están ganando bajos ingresos debido a la mala remuneración de sus servicios. Incluso muchos de ellos han optado por trabajar a tiempo parcial en algún otro empleo para lograr mantener una buena calidad de vida. Pero esto es más grave de lo que parece... Muchos de ellos han invertido miles de dólares en estudios especializados que los certifican como excelentes consultores, otros han incurrido en préstamos financieros para sacar adelante sus títulos sin poder todavía recuperar la inversión realizada. Esto se debe en gran medida al desconocimiento de ciertas técnicas y estrategias como a las creencias limitantes con las que se encuentran a la hora de ofrecer sus servicios. Y es que todavía existe la creencia que a mayor cantidad de horas, tiempo invertido y/o mayor información administrada al cliente es mayor el precio a cobrar por el servicio, lo que al final termina agotando y estresando tanto al consultor como al cliente, debido a que cada vez se hace más extenso el proceso, alejando así el resultado deseado por el cliente. El mundo de los negocios ha cambiado radicalmente durante los últimos años. Estos cambios en realidad son tan rápidos que ni siquiera nos damos cuenta de ellos, tanto es así que lo que funcionaba hace unos años o incluso meses atrás hoy en día ya no funciona. Uno de los más grandes retos que los consultores, coaches y asesores encuentran es la consecución de clientes para sus servicios. Una de las principales razones por las que no logran obtener los resultados que están buscando es intentar atraer y conseguir clientes de la manera en la que "toda la vida" lo han venido haciendo. Repasemos un poco la historia de cómo se han venido vendiendo los productos y servicios a lo largo del tiempo para lograr entender cómo se ha comportado esta actividad en consecuencia. En la era industrial la empresa que tenía los mejores beneficios era la que hacía más promoción de sus productos/servicios, es decir; publicidad masiva. Anuncios en prensa, comerciales de televisión, grandes campañas publicitarias en diferentes medios era la mejor vía de conseguir clientes y generar ventas. Luego en la era de la información la empresa o persona que tenía más clientes, y por lo tanto mejores resultados, era la que tenía más información, o la mejor calidad de la información. Aquí la empresa o persona que publicaba información al respecto de un tema específico era la autoridad en el mercado y en consecuencia la que atraía a más clientes. Lo interesante de todo esto es que la era de la información terminó en el 2010. Y son muchos los que aún se encuentran operando bajo este modelo. Cambio de Era: de la Información a la Transformación Ha sido muy sutil, tanto que ni siquiera muchos se han dado cuenta de que ya no es tan valiosa la información, pues se encuentra disponible en todo el mundo y a un click de distancia. Ahora el poder está en la personas y empresas que ayuden a transformar la vida de otros de forma positiva. La persona, la empresa o el profesional que mejores resultados obtiene es aquel que brinda transformación a sus clientes, llevándolos desde donde se encuentran actualmente hasta donde quieren estar, en tiempo record. Un modelo probado para Conseguir Más Clientes Recientemente se ha creado un nuevo modelo en el mercado hispano que ha sido probado fuertemente, generando grandes resultados a consultores, coaches y asesores de todo tipo. Este modelo se llama Consultoría Deluxe y funciona perfectamente en esta nueva era porque centra toda tu propuesta de valor en la transformación que tú eres capaz de generar a tu cliente, no tanto en la información de tu producto, mercado o servicio. Si eres consultor, coach y/o asesor en cualquier área del conocimiento, ahora podrás acceder a este modelo probado y diseñado específicamente para que generes más clientes, más ingresos incrementando enormemente el precio de tus servicios de una forma muy sencilla. Además lo puedes poner en acción en tu negocio siguiendo sólo estos 7 pasos:
En mercados en crisis, con desafíos y contextos inestables, con cruentos cambios impositivos es imprescindible contar con una metodología adecuada para fijar los precios del trabajo para que el resultado siga siendo un negocio para los clientes.
Los que trabajan independientes o de forma autónoma, brindando servicios con altos componente de intangibilidad, una de las principales dificultades que afrontan es la de fijar el valor de los honorarios por su tarea. Si bien determinadas profesiones como contadores, especialistas en finanzas, escribanos y algunas otras, tienen parámetros para fijar sus honorarios de forma aceptable, no todos los trabajadores cuentan con esas guías o la suficiente experiencia práctica. Para ello es importante conocer el "core" del negocio y desde allí, las particularidades y diferencias con los mercados más habituales, como consumo masivo, producción y fabricación de distinto tipo de insumos. En la contratación de servicios, si bien en pequeñas y medianas empresas se suele hacer en forma directa, hay una tendencia creciente a que el cierre de la negociación queda en manos del área de compras, que, por lógica, no siempre tiene conocimiento cabal de los alcances de la tarea que se realizará. Este aspecto no es menor, ya que frente a los tradicionales tres presupuestos (o más, por lo que se observa en muchos países de América Latina en los últimos diez años), es necesario detallar e informar adecuadamente a ese ejecutivo sobre los diferenciales que ofrecemos, y que, de allí, surgen los honorarios. ¿Cuáles son esos diferenciales? Trayectoria, experiencia en un mercado específico, satisfacción de clientes, testimonios como avales, recomendaciones directas, estructura –no es lo mismo alguien que trabaja solo que una empresa con varios empleados-, y los respaldos que aportan la experiencia y la ética, combinación que no siempre es tenida en cuenta por quienes contratan. Para no fallar a la hora de cobrar por tu trabajo, se debe cotizar en forma clara, tangible y consistente el neto a cobrar (es decir, el dinero en mano que deseas percibir) teniendo en cuenta lo que cuesta tu trabajo y un poco más, que sería la ganancia. El mercado, la competencia, tu momento profesional, tu experiencia y si te llaman o tú fuiste a buscar al cliente, determinarán ese “poco más” de rentabilidad (que es la ganancia neta deducidos todos los costos). No olvides de deducir como costos todos los que son directos e indirectos: por ejemplo, directo es el producto con el que fabricas tu obra, la luz, el gas, la compra de un insumo específico, papelería, envíos, muestras, y por supuesto, tu hora de trabajo, el sueldo de un asistente part-time; e indirectos, los impuestos que deberás pagar al banco, y hasta cómo te vas a financiar si los pagos llegan fuera de tiempo. Factores generales para fijar honorarios
Ética: si eres profesional, necesitas que te paguen por lo que haces y por los beneficios que generas a tus clientes. Autoestima: sabes que el tiempo vale, y es necesario ser firme en que paguen por ello. No caigas en la tentación de trabajar gratis para grandes empresas. Servicio al cliente: esto tiene un costo, y es un valor. Cuanto mejor te brindes, más recomendaciones obtendrás. Y si te pagan bien por ello –o al menos aceptablemente bien en un comienzo te esforzarás aún más. Recuerda: si has regalado tu trabajo una vez, será muy difícil ponerle precio la siguiente vez con ese cliente. Por lo que entrarás en un círculo vicioso del que te costará salir. Formas de cotizar
Cómo relevar precios del mercado Para saber en forma general cuánto puedes cobrar puedes relevar en internet, con colegas, clientes pasados, revisar tus trabajos anteriores, chequear las variaciones que se prevén en la economía en los próximos meses –es decir, en el período en que llevarás adelante el proyecto. Algunas preguntas y respuestas ¿Debes participar en “concursos abiertos”? Depende de ti. Por lo general, si las bases son claras y el cliente te las explicita, incluyendo el nombre de quiénes estarán concursando, puedes elegir presentarte. Aunque si llevas muchos años de trabajo, salvo que sea una licitación realmente jugosa quizás no quieras trabajar en vano. Sin embargo, en muchas ocasiones es bueno arriesgarse sobre todo si no tienes demasiado portfolio para mostrar aún: esos trabajos preliminares preparados para un concurso, pueden ser parte de tus avales, mostrándolos como “ante proyectos” o algún concepto que funcione. Y además, obtendrás experiencia. ¿Si te roban las ideas? ¡Bienvenido al mundo real! Eso nos sucede a todos, y está en ti tomar o no ese riesgo. ¿Si un cliente hace un concurso, roba ideas y luego no contrata a nadie? Ya sabrás con quién no debes trabajar a futuro. Darle valor al trabajo que hacemos nos convierte cada día en mejores profesionales. Y te aseguro que cuanto más digas que “no”, llegarán a ti mejores oportunidades. Es un principio universal para tener en cuenta. El Cronista-RIPE |
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