La estrategia empresarial es un elemento necesario en todo negocio que busca lograr un desarrollo sostenible y un crecimiento que se pueda replicar con el paso de los años.
De acuerdo con el nivel de desarrollo y el alcance del negocio, la estrategia empresarial puede requerir mayor o menor atención, recursos y tiempo invertido. La escala de la empresa también determinará si necesitas gente especializada para plantear una estrategia adecuada a las necesidades del negocio, o si es algo que puedes seguir manteniendo a cargo del personal que ya forma parte de la empresa. ¿Qué es una estrategia empresarial? Es el procedimiento a través del cual se plantea un método para controlar y mejorar el desarrollo de un negocio. Facilita el crecimiento de las empresas mediante la detección de objetivos generales, para los que después se plantean objetivos más pequeños y concentrados en los departamentos o personas adecuadas. Aunque para cada negocio los objetivos generales y las acciones concretas varían, el proceso de creación de cualquier estrategia empresarial tiene ciertos elementos en común cuando se está desarrollando. ¿Por qué importa tener una estrategia empresarial? Más allá de lo que significa una estrategia empresarial, ¿por qué debería ser importarte hacer y aplicar una estrategia para tu empresa? Motivos hay muchos, pero las razones principales tienen que ver con que te permitirá afrontar de mejor manera los imprevistos y las dificultades. Además te facilitará alcanzar el desarrollo y crecimiento esperados para tu empresa en cada una de sus etapas. No en vano, 48 % de los líderes considera que la planificación e implementación de una estrategia es de suma importancia para la obtención de sus logros. Crear una estrategia empresarial brinda estabilidad a cualquier proyecto de negocio y, además, ayuda a incrementar las tasas de éxito en sus propósitos. También ofrece una mayor capacidad de resolución de problemas ante cualquier evento no esperado o problema que surjan. Aunque al pensar en estrategia empresarial suelen considerarse los elementos de organización, logística, estructura y gestión, una verdadera estructura empresarial requiere la elaboración de planes y esquemas para las diversas áreas que constituyen tu negocio. Además de ello, una estrategia empresarial te permitirá responder a preguntas ligadas con la identidad de tu marca, tales como: qué elemento diferenciador tienes ante las empresas que son tu competencia; qué metas de crecimiento te planteas para plazos cortos, medios y largos; qué tipo de servicio y producto estás ofreciendo a tus clientes. Determinar la organización y estrategias, así como conocer los factores internos e internos de tu negocio (como en un análisis PESTEL), te permitirá afianzarte en el mercado. También potenciarás el crecimiento y mejoría, en caso de que cuentes con una empresa consolidada.
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Análisis CAME (Corregir, Afrontar, Mantener y Explotar)
El Análisis CAME es una metodología suplementaria a la del Análisis FODA, que da pautas para actuar sobre los aspectos hallados en los diagnósticos de situación obtenidos anteriormente a partir de la matriz FODA.
Qué es el Análisis CAME El nombre del acrónimo CAME viene de las iniciales “Corregir, Afrontar, Mantener y Explotar” (en inglés Correct, Adapt, Maintain, Explore). Este análisis se puede interpretar como una ampliación del Análisis FODA (ver aquí detalles sobre el FODA). De esta forma, el Análisis FODA sirve para hacer un diagnóstico inicial de situación, y en Análisis CAME sirve para definir las acciones a tomar a partir de los resultados del FODA. Los Análisis FODA y CAME son muy usados en todo lo relativo a Planificación estratégica (Planes de negocios, definición de programas y proyectos, etc). Pasos para realizar un Análisis CAME 1º) Establecer una estrategia que nos indique cuáles son los objetivos generales que queremos alcanzar en nuestra organización. Hacer esto es importante porque nos ayudará a priorizar las acciones a tomar en los siguientes pasos. 2º) Realizar un Análisis FODA para obtener un diagnóstico de situación con los aspectos a considerar. 3º) Una vez obtenidas las fortalezas y oportunidades, debilidades y amenazas, seleccionar cuáles de ellas son más importantes (por ejemplo, seleccionando las que más relevantes sean según su impacto y probabilidad). 4º) Seguidamente realizamos el Análisis CAME. Para ello cruzamos cada una de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades seleccionadas previamente, y les asociamos acciones para corregirlas, afrontarlas, mantenerlas o explotarlas, según aplique en cada caso. 5º) Por último, sólo queda implantar las acciones y realizar un seguimiento de ellas para comprobar que se cumplen nuestros objetivos iniciales. 4 Tipos de estrategias que puedes utilizar en un CAME El CAME define 4 estrategias posibles que te ayudarán a tomar las mejores decisiones para retomar el rumbo de tu negocio hacia el camino del éxito. 1) Estrategia ofensiva (F y O) Combina las fortalezas y oportunidades. Es una estrategia muy recomendable para negocios que tienen un elemento diferenciador muy competitivo, y además apenas cuentan con competencia en el mercado. Esta estrategia se basa en Explotar las Fortalezas y Aprovechar las Oportunidades del mercado. 2) Estrategia defensiva (A y F) Aprovecha las Fortalezas y Amenazas de la empresa para mantener la posición y autoridad conseguidas. El objetivo de esta estrategia está en mantener el liderazgo de la empresa. Seguro que en más de una ocasión has visto empresas que han conseguido llegar a una buena posición, y enseguida han salido competidores que tratan de mejorar su modelo de negocio, con la intención de quedarse en la posición de la empresa. A través de esta estrategia defensiva, la empresa trata de mantener sus fortalezas afrontando las amenazas que acechan con debilitarla. 3) Estrategia de reorientación (D y O) Una estrategia de reorientación resulta muy interesante cuando tu empresa está en situación de debilidad. Si aún puedes reaccionar para salvarla de un fracaso inminente, esta estrategia explora las oportunidades de negocio que ayuden a corregir las debilidades de la empresa. Es decir, la estrategia de reorientación toma medidas correctoras que ayuden a minimizar las debilidades, mientras aprovecha las nuevas oportunidades que ofrece el mercado. 4) Estrategia de supervivencia (D y A) Este tipo de metodología es adecuada cuando una empresa se ha visto afectada por un sector cada vez más debilitado, llegando al punto de tener que sobrevivir para poder mantenerse. En esta ocasión, el Análisis CAME se focaliza en la búsqueda de soluciones que corrijan las debilidades de la empresa, a la vez que trata de superar las amenazas externas. Esto lo vemos cada día en el pequeño comercio, que trata de sobrevivir a un fenómeno cada vez más potente como la compra-venta online. Aquí la estrategia de supervivencia puede dirigirse hacia la incursión de la empresa en el mundo digital. De forma ideal, si gestionamos bien cada uno de estos aspectos podremos aumentar nuestras ventajas competitivas: Podemos convertir las debilidades en fortalezas, y las amenazas en oportunidades. Del mismo modo, si no hacemos nada, nos podría ocurrir lo contrario: Podemos perder nuestras fortalezas si no sabemos gestionarlas bien, y además las oportunidades malgastadas podrían convertirse en debilidades si la competencia las sabe aprovechar mejor que nosotros. Conclusiones El Análisis CAME es la continuación lógica del FODA. Por lo general, cuando la gente habla de hacer una matriz FODA para tener un diagnóstico de situación, normalmente va implícito el hecho de que se van a tomar medidas para mejorar esa situación, actuando sobre los aspectos identificados (esto implica evitar las amenazas, convertir las oportunidades en fortalezas, eliminar las debilidades y potenciar las fortalezas). Por lo tanto, el Análisis CAME es la evolución natural del FODA, donde se establecen las pautas lógicas para establecer las acciones de forma coherente con nuestra estrategia.
Esta técnica es bien conocida. G. T. Doran en su artículo de 1981 en Management Review, propuso la técnica SMART como una ayuda eficaz para la elaboración, proceso y fijación de objetivos.
El significado de la palabra SMART, es “inteligente” y el desglose de la palabra en siglas corresponde a las iniciales de los siguientes criterios: Un acrónimo para las características de objetivos delegados bien definidos. Las letras significan:
MARTE (castellano): Medible, Alcanzable, Realista, Temporal y Específico. ¿Cómo serán los objetivos que nos fijemos? Deberán ser: Medibles: los objetivos tienen que poder medirse para poder evaluar su consecución y analizar desviaciones. Si no podemos medir algo, no podemos saber si estamos teniendo un buen rendimiento o si nos hemos alejado del camino correcto. Además de ser específicos, tenemos que poder cuantificar los datos o indicar dónde estamos progresando hacia el objetivo deseado. Si se establecen criterios y objetivos medibles, todas las partes involucradas pueden evaluar su rendimiento y determinar si se encuentran en el camino correcto. A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
Alcanzables: para evitar la frustración que supondría el no alcanzarlos nunca. Es importante considerar el objetivo final y planear metas que resulten realistas de acuerdo con nuestras capacidades. Por otro lado, no hay que dejarse llevar y establecer metas inalcanzables o disparatadas como motivación, ya que estaríamos persiguiendo un objetivo que está fuera de nuestro alcance. Es importante que tanto usted como todas las partes interesadas se sientan motivados por la satisfacción de los logros y el progreso real. A la hora de establecer objetivos, es necesario ser ambicioso y buscar el éxito, pero también conocer los límites internos y externos. Los logros deben ser sostenibles. A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
Realistas: el objetivo debe ser motivador, orientado a resultados concretos, tiene que ser un reto que obligue a luchar por él cada día. Como sucede con los criterios que constituyen la característica alcanzable, los objetivos también tienen que ser realistas y relevantes. Establecer objetivos que estén fuera del alcance del equipo no hará que sus miembros se esfuercen más para lograrlos. Al mismo tiempo, fijar objetivos demasiado fáciles de alcanzar no mejorará el rendimiento del equipo. También es importante asegurarse de que los objetivos sean relevantes para alcanzar las metas y los objetivos de negocios a largo plazo. Los KPI deben medir los objetivos de negocios mediante estrategias a corto y a largo plazo. Además, una buena práctica es ajustar los criterios con el paso del tiempo. Los indicadores que son efectivos ahora tal vez no lo sean más adelante. Por eso, es importante poder identificar cuándo un negocio necesita cambiar. Tenga siempre presentes los objetivos a largo plazo, pero no tema ajustar las tácticas a corto plazo que sirven para lograrlos. A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
Temporal: importante establecer horizontes temporales concretos para no quedarnos atrapados en objetivos que nunca se alcancen o que nunca lleguen a su fin. Es sumamente importante establecer un marco temporal. Un objetivo oportuno puede tener un punto de inicio y un fin, o bien un conjunto de hitos o parámetros temporales. Se puede establecer un plazo para la consecución de ciertos logros a fin de seguir por el camino correcto. También es posible llevar un seguimiento de las métricas en un período determinado, por ejemplo diario, mensual o trimestral. En cualquier caso, planee con anticipación para asegurarse de que los KPI puedan medirse con el paso del tiempo y así garantizar el logro oportuno de los objetivos. A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
Específico: deben ser claros y concretos: ¿Qué?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Cómo?, además si nos planteamos estas preguntas a la hora de definir los objetivos nos será más fácil concretar la M (medibles). El primer paso para alcanzar los objetivos y cumplir las expectativas es tener en claro cuáles son. Cuando los objetivos son demasiado amplios o vagos, se pierden de vista con facilidad. Si la definición es demasiado abarcadora, se vuelven más difíciles de medir y, por ende, de alcanzar. La imprecisión da lugar a errores y malos entendidos. Sería como escalar una montaña sin conocer la longitud del camino, la cantidad de tiempo que debería llevar, las condiciones ambientales o incluso qué ropa es la adecuada para hacerlo. Cuando los objetivos son específicos, se puede ver el camino de inicio a fin. Los KPI específicos complementan la definición del camino con referencias. De ese modo, se garantiza que todos sepan exactamente dónde se encuentran. A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
Prácticas recomendadas: Cómo escribir los propios objetivos SMART Cuando reunimos los cinco criterios SMART, obtenemos objetivos convincentes y directos. Pero aún hay más. Ahora que cuenta con una definición concreta de SMART, veremos algunas prácticas recomendadas para tener en cuenta a la hora de establecer sus propios objetivos.
¿QUÉ ES EL FODA?
El análisis FODA es una metodología que permite estudiar la situación de una empresa o proyecto, analizando su parte interna (Debilidades y Fortalezas) y externa (Amenazas y Oportunidades). Nos facilita, a través de un mapa mental, abordar aquellas acciones para aprovechar nuestras oportunidades y prevenir las amenazas teniendo en cuenta las debilidades y fortalezas. Además, nos permite afrontar la situación competitiva a corto, medio y largo plazo de la empresa y a mejorar la rentabilidad, el funcionamiento y la posición en el mercado. El FODA también es conocido como FODA, DOFA y SWOT cuyas siglas en inglés son: Strengths, Weaknesses, Opportunities y Threats. A continuación, veremos un ejemplo de cada uno de los apartados sobre el caso de la reapertura de un negocio hostelero de carácter familiar. FODA ANÁLISIS INTERNO Podemos resumir el análisis interno como que las fortalezas son los puntos de apoyo de la empresa mientras que las debilidades son todo aquello que nos impide llegar al éxito. En el análisis interno se estudian diferentes variables como producción, marketing, organización, recursos humanos y finanzas.
Fortalezas Las fortalezas son los puntos fuertes de una empresa, aquellas capacidades, recursos y ventajas que van a permitir aprovechar las oportunidades. Para poder definir las fortalezas, podemos contestar a una serie de preguntas como ¿Cuáles son los puntos positivos?, ¿Cómo se pueden explotar las fortalezas? ¿Cuáles son las ventajas de la empresa?, ¿Qué es lo que hace la empresa mejor que otras?, ¿De qué recursos dispone?… Debilidades Las debilidades son los puntos débiles de una empresa, todos los aspectos desfavorables respecto a nuestros competidores y que suponen una amenaza para la empresa y deben ser controlados y superados. Para poder definir las debilidades, podemos responder a una serie de preguntas como ¿Cuáles son los puntos negativos? ¿Qué podemos mejorar?, ¿Cómo se pueden detener las debilidades?, ¿Qué se puede evitar?, … ANÁLISIS EXTERNO No podemos determinar un número exacto de oportunidades o amenazas, ya que el mercado está en constante cambio, pero si podemos analizar continuadamente ese mercado para poder prevenir todas aquellas oportunidades y amenazas que aparezcan. En el análisis externo se estudian todas aquellas variables que se refieren al entorno de la empresa y no dependen directamente de ella pero que si la afectan. Estas variables son el mercado, el sector, la competencia y el entorno. En el mercado se estudia el público, la demanda, las necesidades del consumidor y su comportamiento. El estudio del sector analiza las tendencias, los proveedores, los distribuidores, los clientes y los fabricantes. En cuanto a la competencia, se estudia cómo funcionan otras empresas, qué precios tienen, qué tipo de productos o qué distribución realizan. Y, por último, en el entorno se analiza aquellas variables económicas, legislativas, sociológicas, tecnológicas o políticas que influyen en la empresa. Oportunidades Las oportunidades son todo aquello que suponga una ventaja competitiva o la posibilidad de mejorar la rentabilidad de la empresa. Para ello, podemos responder a una serie de preguntas como ¿Cuáles son los puntos positivos? ¿a qué oportunidades se enfrenta la empresa?, ¿Cómo se pueden aprovechar las oportunidades?, ¿Qué cambios de tecnología, normatividad legal o política y estilos de vida se están dando en el mercado?, ¿Cuáles son las tendencias del mercado?, … Amenazas Las amenazas son los factores del entorno que ponen en peligro a la empresa. Si estos factores son examinados a tiempo, pueden ser evitados o incluso pueden llegar a ser oportunidades. Para definir las amenazas, podemos responder a una serie de preguntas como ¿Cuáles son los puntos negativos?, ¿Cuáles son los obstáculos de la empresa?, ¿Cómo podemos defendernos de las amenazas?, ¿Qué están realizando los competidores?, … El análisis FODA para elaborar la estrategia de la empresa Después de haber descrito las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, debemos tener claro cuáles son los objetivos. Éstos deben de jerarquizarse en función de la prioridad y deben ser reales, cuantificables y tangibles. A través del mapa mental FODA, se obtiene información sobre la situación de la empresa y permite elaborar una estrategia que le permita aprovechar las oportunidades, modificar las debilidades, conocer la competencia y prevenir las amenazas para conseguir todos sus objetivos. Existen varias estrategias dependiendo de la situación de la empresa y de sus objetivos:
El Análisis CAME es una metodología suplementaria a la del Análisis FODA, que da pautas para actuar sobre los aspectos hallados en los diagnósticos de situación obtenidos anteriormente a partir de la matriz FODA. |
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