3 Estrategias para organizar tus finanzas personales y un error común que debes evitar | Finanzas8/9/2021
Expertos advierten que este es un buen momento para replantearse lo que hacemos con nuestro dinero, tanto del punto de vista del pago de deudas, como del ahorro y la inversión, aunque las prioridades dependerán de tu situación individual, seguir estos pasos puede ayudarte a visualizar mejor tu futuro y la manera en que fijas tus metas.
1-Define tus objetivos financieros y elabora un presupuesto Lo que suelen recomendar los expertos es fijarse metas para el mes, para el año y para el largo plazo. Es recomendable dejarlo por escrito para que lo puedas revisar cada vez que pierdas la brújula. Los objetivos financieros pueden ir desde recuperarse del impacto financiero de los últimos meses, conseguir un trabajo extra para complementar tu ingreso actual, buscar dónde están las tasas de interés más convenientes para reestructurar tu deuda, aumentar tu nivel de ahorro, cambiarte de trabajo o, por ejemplo, emprender. En el largo plazo, es conveniente visualizar dónde quieres estar financieramente en 5 o 10 años más. De esa manera, tus objetivos más específicos estarán en el marco de un horizonte mayor. Definidos los objetivos, el paso siguiente es crear un presupuesto. No tiene que ser necesariamente algo complicado ni con lujo de detalles, pero debería incluir al menos los gastos fijos agrupados en categorías, como puede ser la renta o la hipoteca, comida, medicamentos, vestuario, educación, vehículo, seguro médico, deudas, entretenimiento o lo que te sea más útil. A eso se agrega una categoría de gastos extras o imprevistos (y si las condiciones lo permiten, ahorro). Al poner por escrito el presupuesto, es más fácil ver en qué te gastas el dinero y puedes detectar si te estás sobrepasando en alguna de aquellas categorías. Lo más básico es preguntarse: "¿puedo vivir sin esto?" y atreverse a romper la inercia haciendo los recortes necesarios. Un buen presupuesto, recomiendan los expertos, debería contener el detalle de todos los ingresos y los gastos mensuales para cada uno de los 12 meses del año. Esta herramienta es el paso que te permite llevar a la práctica las ideas que dan vueltas en tu cabeza. Sin un presupuesto, es muy difícil llegar a la meta financiera si no tienes el control de lo que haces cotidianamente con tu dinero. 2- Crea metas de ahorro Cuando ya definiste tus objetivos y elaboraste un presupuesto, viene el siguiente paso: ahorrar. En tiempos de pandemia, la incertidumbre financiera crece, y no estamos seguros de si nos renovarán el contrato o si los clientes volverán a demandar nuestros servicios o productos. Por eso, ahora más que nunca vale la pena tener un colchón que te pueda cubrir ante una emergencia. El monto de lo que ahorras no es lo fundamental. Lo que más importa es hacerse el hábito. "El ahorro no es guardar lo que me sobra del sueldo. Muchas veces requiere hacer ciertos sacrificios", "Lo que yo recomiendo es ahorrar el equivalente a un año de tu sueldo", señala, aunque reconoce que puede ser una meta difícil de alcanzar. Con todo, al final de cuentas lo que vale es ahorrar lo que puedas, pero "hacerlo consistentemente". La idea es partir de a poco y aumentar la meta según cómo evolucionen tus circunstancias. No importa el monto, lo que más importa es hacerse el hábito. "Es como salir a correr". 3- Invierte en aquello que te interesa pero solo el dinero que estás dispuesto a perder Junto al ahorro, está el tema de la inversión. Lo primero es darle una mirada a las tasas de interés en tu país para analizar en qué medida te conviene guardar el dinero en el banco o invertirlo. En muchas de las economías ricas las tasas han llegado a niveles históricamente bajos, rondando el 0% o incluso negativas. Precisamente lo que buscan esos países es estimular la inversión y el consumo. Los bancos de Estados Unidos que ya no quieren más dinero de sus clientes. Así las cosas, si guardas los recursos en el banco, puede ser que incluso pierdas dinero con el pago de comisiones. Pero hay otros países donde vale la pena tener una cuenta de ahorro o un depósito a plazo. Lo importante, es que investigues dónde está poniendo tu dinero y no solo te dejes llevar por la promesa de una alta rentabilidad. La otra recomendación es arrancar de a poco y diversificar las inversiones, para evita una pérdida total cuando un activo se desploma. Y aunque la rentabilidad más alta es tentadora, siempre que hay que tener en cuenta que a mayor rentabilidad corres más riesgo. Eso ocurre, por ejemplo, con las criptomonedas. "Invierte en activos que realmente entiendes y con un monto que estás dispuesto a perder. No asumas riesgos con dinero que necesitas". El otro riesgo es que muchos inversores inexpertos siguen recomendaciones en redes sociales que no necesariamente provienen de una fuente calificada. No tener conciencia de lo que son los créditos Y por último, evita el error de no tener conciencia sobre lo que realmente es un crédito. Este es un error, que se repite en todos los sectores sociales, en todos los países y en todos los niveles de educación. Es común caer en la "trampa psicológica" que se hace la gente al usar tarjetas de crédito. Aunque parezca obvio que un crédito es un préstamo que tenemos que devolver (con intereses), muchas veces se produce una trampa psicológica en que usamos la tarjeta sin pensar que el dinero no es nuestro. Genera la ilusión de que se puede patear el problema para más adelante y que en el futuro verás como lo solucionas.
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